Hoy he seleccionado algunos trucos que me han parecido útiles; espero que os sirvan de ayuda.
- Podemos congelar verdura
fresca que hayamos comprado: la troceamos, la hervimos durante
unos cinco minutos, se deja enfriar y la guardamos, bien escurrida,
en una bolsa apta para la congelación.
- Para conservar los ajos,
podemos pelarlos e introducirlos en un bote hermético y guardarlos
en el frigorífico o bien en un bote lleno de aceite.
- El pan de molde se
conserva mejor en la nevera.
- Para proteger la sal
contra la humedad, echa unos granitos de arroz en el salero.
- Si envuelves la lechuga
en una bolsa antes de meterla en el cajón de la nevera, se
conservará más tiempo. Recuerda lavarla bien antes de consumirla.
- ¿Te ha sobrado salsa de
tomate? Métela en la nevera en un bote de cristal cubriendo su
superficie con aceite de oliva crudo para que el tomate no pierda
sus propiedades.
- Cuando el queso esté
empezado, evitarás la proliferación de hongos si lo envuelves
con plástico transparente antes de guardarlo en la nevera.
- Para evitar que las
magdalenas se resequen, introdúcelas en una caja metálica
junto con una manzana entera bien lavada y seca.
- No laves la fruta antes
de guardarla; lávala en el momento que vayas a consumirla, ya
que la humedad acelera su deterioro.
- Las cebollas estropean
las patatas cuando entran en contacto, así que es mejor
guardarlas separadas.
- Pon
los tomates boca abajo en
el frigorífico porque
extiende un poco su vida útil.
- Si los cereales del
desayuno se han reblandecido, mételos un minuto al horno, a
unos 100ºC, tapados con papel de aluminio, y volverán a quedar
crujientes. (También podemos hacer lo mismo con el pan del día
anterior).